La diferencia entre el éxito y el fracaso de una publicidad o acción comercial, radica, en gran medida, en tener, o no tener un propósito claramente definido
Paso 1. Pensar que es lo que queremos lograr.
De una forma u otra, todas las acciones comerciales, bien realizadas, terminan sumando a la cuenta de resultados, pero usted tiene que identificar y saber utilizar, los propósitos intermedios de cada acción. Es decir, lo que usted quiere que pase antes de la venta.
Existen diferentes propósitos como pueden ser:
- Crear una buena impresión
- Que refieran sus productos o servicios
- Reforzar su imagen ante los clientes
- Fortalecer la marca
- Vender
- Fidelizar a clientes
- Crear flujos de posibles clientes
- Sucriptores
- Interés en algo específico
- Recordatorio de Marca
- Crear confianza, etc…
Paso 2.
Entonces, ¿cuál es el propósito concreto que usted quiere alcanzar en cada acción comercial?
Para descubrirlo, es de vital importancia que se formule preguntas como las siguientes:
- ¿Qué es lo que pretendo alcanzar con esta táctica o acción publicitaria?
- ¿Cuáles son las reacciones que espero de un posible cliente, cuando vea u oiga mi publicidad? Es decir, ¿Qué es lo que me gustaría que haga cuando reciba el impacto publicitario? Quiero que compre, que llame, que reserve una plaza, que solicite un servicio, que pida más información, que pida una muestra, etc…
- ¿Qué es, exactamente, lo que quiero alcanzar con tal acción comercial?
Paso 3.
Importante:
Una vez haya definido el propósito exacto de una determinada acción comercial, es muy importante que establezca metas que le permitan medir, si esa acción funciona, o no.
Quizás se esté preguntando, ¿y todo esto se debe tener en cuenta para realizar una acción publicitaria?….SI, al menos que no le interese controlar y sacar el máximo rendimiento de su dinero.